Toma VI - La Fiesta de la Independencia Nacional



Víspera de festivo, oficina de migración de Xai-Xai, nos encontramos frente al despacho del responsable de visados, toc-toc, -adelante-, paso al frente, un ruido estridente amplifica la presencia de una bisagra oxidada, una orden firme me manda sentar, ojeada alrededor, dos portugueses de mediana edad con miradas desconfiadas y posturas que imploran el fin de su paciencia mientras sus pasaportes circulan por la mesa del oficial y su subalterno, que, soslayos, aparentan cumplir el expediente y rellenar los trámites del proceso de ampliación de la vigencia del visado. Entre signos de complicidad y entendimiento narran la historia de un gran casamiento cuyo padrino fue blanco, por lo visto, el estatus del padrino confiere a las bodas distinción y, en base a la cuantía del sponsor y las ofrendas de la familia del marido, se clasifican las ceremonias y los banquetes desde la mísera austeridad hasta la arrogante opulencia. Trámite acabado, era mi turno, cansado de forzar sonrisa cómplice una nueva historia me obliga a engancharme en la conversación y concentrarme fijamente en el oficial; el anhelo de los tiempos de sub-teniente en la brigada provincial… desconecto un instante, mi cabeza solo piensa en: una vez renovado el visado adquirir imágenes aprovechando la posición de poder del oficial; le sigo en su depurada oratoria… cuando con apoyo de tropas cubanas vencimos en la batalla de Chókwè a los colonos... año 1974, otorgo gran importancia a la hazaña, la tiene, asiento con la cabeza y alimento su ego, estoy a punto de recibir el pasaporte, apretón de manos y tomo el turno de palabra, es el momento, te quería contar que aprovechando mi presencia…al minuto del que parece que fue un retórico y convincente discurso sobre el objetivo del proyecto anonimus, grita –secretaria-, -sí, señor-, -acompaña al camarada, quiere fotos- si señor voy a buscarlas-, me despido, la acompaño y le agradezco, nos perdemos entre despachos, aparecen tres fotos, es un presente, sorpresa, no pago y me despido de nuevo. Os presento a anónima (x2) y anónima, no se conocen, no se han visto nunca, ambas preparan en sincronía la gran fiesta que conmemora la independencia nacional.

Toma V - Hanuman Dhara





Located on a rock-face several hundred feet up a steep hillside is a spring, said to have been created by Rama to assuage Hanuman when the latter returned after setting Lanka afire. A couple of temples commemorate this spot which offers a panoramic view of Chitrakoot. There is an open, paved area here in the shade of a massive peepul tree, a lovely halting place after the long climb up.

Toma IV - Sopa de primero


¿Gerente?, -Estou a vir- (voy) responde una voz grave y añeja mientras se empieza a intuir un movimiento lento y preciso entre útiles de cocina. Nos encontramos en el mercado del pueblo de Maputo, Anónima y Anónima,  42 y 35, regentan un pequeño bar-restaurante con terraza especializado en menú del día. El destino las había servido lotes de tierra contiguos donde construir sus casas y están asociadas desde aquel momento en el que se dio su flechazo y comenzó un romance empresarial que las llevo por diferentes áreas de la ciudad hasta llegar a este céntrico y concurrido mercado. Entre cervezas, sopas y pollo con arroz y salsa de cacahuete andaba el juego de suministro, transformación y venta del producto, área que dirigían con una astuta y refinada simpatía que nos sedujo al grito de–Jóvenes- y, por lo visto, no solo a nosotros, sino a una selecta clientela compuesta de varones maduros que nos miraban atónitos mientras apuraban sus botellas en aquella soleada mañana de lunes. El instinto y la pericia de las protagonistas las había hecho situarse en el punto más estratégico de la plaza y, conocedoras de que la presencia de supuestos huéspedes VIP las aporta caché y mucha reputación, lucieron sus mejores manteles y cuberterías ante la atenta mirada de curiosos viandantes apostados en los lindes del salón. Su tenacidad y constancia las hacía tener el objetivo claro y la habitual estructura piramidal de la familia africana, daba paso a una perfecta división del trabajo que se repartía las tareas de elaboración de la comida y
servicio al público con asombrosa destreza.  Nos trataron con jovial agrado mientras orgullosas nos miraban degustar su menú y los signos de aprobación que emitíamos. Con este mismo empeño y tras acudir en más de 5 ocasiones a un concurrido laboratorio de fotografías situado en la rua 24 de Julho, solicitando fotografías de carnet, salseo en papeleras incluido, fue premiado mi tesón y me obsequiaron con estas dos instantáneas y una vez más nos volvió a abrir el apetito.

Toma III - ¡Quién roba a un especulador….100 años de perdón!


Anónimos/as, 53,54 y 55 años. Mirada perdida entre dos sonrisas cómplices y forzadas, sagaz interés urbanístico contra la sabiduría ingenua de Anónima, la mujer coraje que se enfrenta al trato de su vida. La valentía de resolver la suma de instantes difíciles que viven los habitantes de su pequeño imperio, la fuerza a deshacerse de su puesto de venta de Chamuças y salgadinhos y, mirando para otro lado, se desvanece el organigrama familiar en torno a la producción de este tipo de empanadilla de origen asiático e introducida por los marineros portugueses por todo su imperio de ultramar. De ese mismo sitio, poco más tarde, vinieron anónimo y anónima, él esbelto, raya marcada y ojera hinchada, ella con una galopante carencia capilar y uñas a juego, eran los socios propietarios de una empresa que compró el solar donde tiempo más tarde construirían un complejo deportivo y de ocio para los ciudadanos acomodados. En este mismo lugar, tras un paseo indiscreto por los pasillos, vistazo alrededor, ¡no hay chinos en la costa!, me cuelo en una de sus oficinas, un tablón con decenas de fotografías de muchos de los tratos firmados me hacen reflexionar, ¿Cuántas necesito? una es suficiente, la meto debajo de mi camisa y la sustraigo, he de reconocer, en este caso, que el modo de obtención no me removió ni un ápice de mi conciencia...Este tipo de tratos desiguales se esparcen cada vez más por las áreas urbanas y rurales de África, modus operandi, que dribla las cinturas de un continente consciente que el remedio agudiza la enfermedad. 

Toma II - Reivindicación humana


Anónima, 0,7 años. Inocente brota ágil con su indumentaria de alquiler, vestido, que conservado entre algodones, inmortalizó a primas y hermanas en sus primeras instantáneas de gala, mostrando la inocencia precoz y el deseo materno de guardar la esencia de la infancia eventual, incierta y paciente. El color blanco, ese que los forasteros se encargaron de identificar con la pureza virginal, a juego con sus mofletes lozanos que posan para algún registro estatal de nacimiento, dando fe de su vida, esa que se mantiene en vilo hasta bien entrado el desarrollo de las defensas, cuando la incertidumbre y el riesgo de ser atacado por un virus o bacteria intrusa se reduce y es motivo de festejo a la resistencia y fortaleza humana. La instantánea fue capturada en una vitrina cerrada del puesto fronterizo de Namaacha, que tras varios forcejeos con el vidrio, el comandante se apercibió de atípicos sonidos provenientes del arranque de burla que nos separaba de la foto, no hubo otra opción que descartar la vía de la sustracción y cambiar la estrategia, había que activar el modo negociación, esa interacción entre lo empático y lo elocuente, basada en el intercambio y en el juego de faroles caracterizado por la tenacidad por el lucro y el rigor de la improvisación,  el premio lo merecía, disfrutamos del hallazgo, un cohibido soborno de 40 meticais, daba precio a esta historia que ahora os cuento y minutos más tarde, el comandante se deshizo en esfuerzos por hallar más instantáneas entre cajones y estanterías, continuamos nuestro viaje. 

Toma I - Entrantes


Anónimo, 47 y 51 años, Ingeniero. Lo encontré personalmente en una pensión de Kuito asando un churrasco para él y para su amigo Roger, de origen Congolés y compañero de trabajo en una empresa que se encargaba de rehabilitar carreteras maltrechas por la guerra. Su razonable parecido a Mr. Bean me resultó curioso y entrañable, él era serio, parco, pero buscó un mínimo intercambio, mostró interés por conocer mi trabajo, mi formación y me hizo un comentario sobre la historia de su hijo, también ingeniero, en paro, y concluyó con un -como todos los jóvenes en Portugal-. Él no estaba cómodo en Angola, se sentía solo alejado de su familia, aparentaba no tener hobbies, ni amigos, inquietudes las justas, movía el pollo con gran habilidad, su rostro no tanto. Yo lo escuchaba concentrado, su acento no me permitía bajar la atención, nos concedimos un rato, parecía lo más entretenido que había hecho en las últimas semanas y hablando de semanas, semanas más tarde, en el aeropuerto de Luanda cuando me disponía a regresar de mi viaje por Angola, hallo estas dos fotografías, nuestro destino estaba ligado, por extrañas razones le tuve que encontrar a él por partida doble y así dar sentido a aquella curiosa velada de provincias. Su aspecto muestra el paso del tiempo, el de su paréntesis, ese tiempo en el exilio laboral o en su exilio existencial. Gracias Anónimo por disponer de fotos de carnet suficientes¡¡¡¡¡ Con este aperitivo comienza el menú. ¡Bom apetito!